Nuestra vista dispone de dos ojos, que nos permiten ver imágenes estereoscópicas, es decir en tres dimensiones. ¿Cómo lo hace? Cuando vemos una foto normal todos los objetos están en un plano, la imagen es plana. Sólo el diferente tamaño de los objetos nos permite asignarles una posición más adelantada o posterior en la imagen, así como las partes más o menos enfocadas las asociamos con distintos planos. Pero no son imágenes en tres dimensiones.
Cuando vemos con dos ojos disponemos de dos imágenes diferentes, tomadas desde distinto ángulo. Nuestro cerebro recibe la información visual por duplicado y desde puntos de vista distintos. Pero la imagen la percibimos como algo único, es el cerebro quien reconstruye la imagen en tres dimensiones, el que nos permite entender la diferente proximidad de los planos que vemos.
Haz un experimento, mira con un ojo tapado. ¿A que cuesta saber que objetos están delante y cuales están detrás? ¿Que no? Haz entonces lo siguiente, ponte delante de otra persona, tapad las dos un ojo y moved de derecha a izquierda el dedo índice de la mano derecha hasta que choquen. ¿A que ahora si cuesta? Cuando miramos con dos ojos no nos cuesta ningún esfuerzo.
Otro experimento, pon el dedo índice a una cuarta de los ojos y mira para él, ¿a que ves los objetos que están detrás del dedo como si cruzaras la vista? Cuando los ojos convergen en un punto tenemos una imagen nítida, pero si apuntan a sitios distintos vemos dos imágenes cruzadas y sentimos incomodidad en la visión. El cerebro repele no ver una imagen única, por eso es incómodo cruzar la vista.
Para ver imágenes en tres dimensiones debemos disponer de dos imágenes obtenidas desde dos puntos de vista diferentes, una tomada desde un punto de vista más a la derecha y otra tomada desde un punto de vista más a la izquierda, como las imágenes que reciben nuestros ojos. Si las vemos superpuestas el cerebro las interpreta como una imagen estereoscópica o en tres dimensiones, podemos en ellas distinguir perfectamente los diferentes grados de profundidad.
Para ver las imágenes superpuestas hay varios métodos:
Usar gafas con cristales de distinto color, lo que precisa que las dos imágenes superpuestas también sean de distinto color. Son los conocidos como anaglifos.
Usar gafas con filtros polarizadores, usadas en salas de cine en tres dimensiones, en las que se proyectan dos películas a través de otros dos filtros polarizadores.
Disponer de dos fotos pequeñas en las que los puntos homólogos de las fotos tengan la misma separación que nuestros ojos. La foto de la izquierda debe ser la que se realizó desde la izquierda, y la foto de la derecha la que se realizó desde la derecha. Se ponemos las fotos delante de los ojos y las vamos separando llegaremos a enfocar la imagen en 3D. Tenemos que dejar la vista relajada, como mirando al infinito. Es el método de visión en paralelo.
Las mismas imágenes anteriores también se pueden ver con un estereoscopio, que son dos lentes convergentes que nos ayudan a enfocar las imágenes. Seguro que el estereoscopio te suena de verlo en las clases de Ciencias.
Este también es el método de los casi desaparecidos visores estereoscópicos que se podían encontrar antes en las tiendas de fotografía.
Otra forma es disponer de las mismas fotos anteriores pero colocando a la izquierda la que hicimos desde la derecha y a la derecha la que hicimos desde la izquierda. Si las vemos cruzando la vista enfocaremos una imagen en 3D. Este es el método escogido en esta página. Al principio es un poco incómodo pero pronto se acostumbra la vista y nos permite ver imágenes en 3D sin precisar gafas y disfrutando de los colores reales de las imágenes.
Otro método de visualizar fotos con un efecto 3d es a través de gifs animados construídos con las fotos que hicimos desde la derecha y desde la izquierda, con una duración de 0,4 segundos. Lo puedes ver en las fotos de Palencia 2008.